7 consejos para tu mejor gap year

7 consejos para tu mejor gap year
02Ago 2016

Los Gap years, o años sabáticos, son cada vez más comunes, pero, a la vez, están recibiendo buenos comentarios y también algunas críticas. No hay duda de que cuando un Gap year se hace bien tiene un gran número de beneficios para el estudiante. A continuación te damos 7 consejos para que tengas un año sabático excepcionalmente productivo.

  1. Aplaza un año tu entrada a la universidad. Antes de terminar el bachillerato, piensa cómo quieres continuar tus estudios y prepara bien el acceso a la universidad. Si te genera cierta ansiedad, es señal de que deberías hacer un Gap year; pero, si no preparas el acceso a la universidad, estarás todo año sabático preocupándote por todo lo que tienes pendiente de hacer. Aunque tengas un camino elegido al terminar el bachillerato, siempre se puede modificar, pero es importante tener una idea inicial. Sobre todo en las universidades internacionales, aunque apoyan que los estudiantes se tomen un año sabático, quieren ver que tienes un plan. Antes de comenzar el año sabático, infórmate bien de los criterios de admisión de cada universidad, así como de la influencia de tu Gap year en tus posibilidades de acceso y de cómo te pueden garantizar las becas que, quizá, te habían concedido. Por suerte, muchas universidades valoran los Gap years y no suelen poner ningún problema para que sus estudiantes los realicen y luego se incorporen a la universidad. 
  2. Enfréntate a tus debilidades. Este punto es muy interesante. Antes de acceder a la universidad estás en un momento de la vida en la que debes reconocer tus debilidades y enfrentarte a ellas. Identifica en qué cosas no eres muy bueno y ponte a hacerlas para mejorar y crecer. Tu año sabático es un momento en el que no pierdes nada por probar cosas, ya que no tendrás responsabilidades económicas, ni una hipoteca, ni hijos u otras personas que dependan de ti. Es un momento ideal para lanzarte a hacer todo aquello que te pueda dar miedo o que quieras mejorar. Además, no tendrá una repercusión demasiado importante, ni te hará perder oportunidades en el futuro, ya que la universidad seguirá estando ahí. ¿No hablas bien francés? Viaja a Francia a aprende el idioma ¿Siempre te ha apetecido hacer submarinismo, pero te dan miedo las profundidades? Viaja a la costa y obtén tu certificado PADI. ¿Te interesan los negocios pero te da miedo hablar en público? Apúntate a un programa intensivo para hablar en público. Si cualquiera de los temas que te interesan tienen algún riesgo, asegúrate de participar en programas que tengan una buena reputación. Enfrentarte a tus debilidades te ayudará a ser más fuerte y a estar más seguro de ti mismo.
  3. Viaja. Aunque parezca obvio, viajar tiene muchos beneficios que van más allá de visitar lugares bonitos y hacer cosas divertidas. Seguramente vayas a graduarte y hayas pasado tu niñez y adolescencia en casa con tu familia. Una familia es más que un grupo de personas que comparten la misma forma de hablar o la misma nariz, por ejemplo, son un grupo de personas que tienen valores muy similares. Cuando viajas conoces multitud de personas y cada una proviene de su familia, tiene sus valores y su propia visión de la vida, son personas que tienen su propia opinión sobre política, religión, economía, música… Viajar te ayudará a ver cosas desde perspectivas muy diferentes o, quizá, a experimentar, por primera vez, cosas que ni tan siquiera habías imaginado. Quizá tengas la oportunidad de probar comidas nuevas o de conversar sobre tu país y oír cómo interactúa a nivel internacional. En algunos casos, viajar te ayudará a valorar lo que ya tienes, pero siempre te ayudará a tener un punto de vista más amplio sobre las cosas y que tus opiniones se sustenten sobre argumentos más sólidos. Viajar crea ciudadanos globales y promueve la empatía. Si viajar todavía no está en tus planes, ¡deberías probarlo!
  4. Trabaja. Tienes el título de secundaria: ¡enhorabuena! Has estado estudiando casi toda tu vida, así que tu graduación es un logro muy importante. Un título universitario puede que sea tu próximo objetivo, pero, ¿sabes lo que vale? Y no me refiero al coste económico, sino al valor que tiene en el mercado laboral. Si decides tomarte un año sabático, invierte parte del tiempo en trabajar y descubrir el valor que tiene tu título de secundaria. Seguramente consigas trabajos que no requieran altas cualificaciones, como de atención al cliente, gestión de datos o algún trabajo físico tipo construcción, pero te será complicado conseguir un trabajo en el área que más te interese si acabas de terminar el bachillerato. Yo, durante mi Gap year, trabajé de teleoperador y metiendo datos en una base de datos. Trabajar durante tu año sabático te dará la posibilidad de conocer los trabajos a los que puedes acceder y te motivará para intentar mejorar a través de un título universitario.
  5. Persigue el camino (o caminos) que te apasionen. Una de las razones por las que muchas personas deciden hacer un Gap year es porque no saben qué quieren estudiar. No significa que no tengan ningún interés específico, sino que quizá todavía no saben lo que les interesa más. Si estás barajando distintas carreras universitarias, prueba algo relacionado con ellas durante tu año sabático. Quizá te des cuenta de que no te gusta la ingeniería, de que no se te da bien la programación, pero que realmente te apasiona la biología marina, por ejemplo. Investigar y probar te ayudará a centrarte en la universidad, así que planifica tu Gap year para probar varias cosas y acceder a la universidad con una idea clara de lo que quieres estudiar. En The Lemon Tree Education te pueden ayudar.
  6. Planifica los primeros meses. Plantearte un año sabático puede ser un poco agobiante, ya que vas a dejar a tu familia y amigos, no vas a seguir el camino más habitual… Este proceso puede ser mucho más fácil si, al menos, sabes lo que quieres hacer en las primeras semanas: al fin y al cabo, un año es un tiempo limitado y no es conveniente planificar en exceso tu Gap year y que no tenga flexibilidad o posibilidad de cambios. No obstante, planifica los tres primeros meses para que tengas una razón para cruzar la puerta y comenzar tu aventura. El primer mes te servirá para coger inercia y estar más seguro de lo que estás haciendo. Durante el año te enfrentarás a distintos retos y oportunidades. Tal vez te hagas amigo de un granjero que te invite a trabajar con él, tal vez conozcas a un grupo
    de personas y quieras unirte a ellas para recorrer el sendero Inca… Si ya te has comprometido con otros planes, no tendrás esa flexibilidad y no podrás decir “sí” a las oportunidades que se te presenten.
  7. Prepárate para aprender (no para enseñar). Mucha gente decide dar clase en una escuela de otro país (yo también lo hice) y es genial, pero seguramente aprendas mucho más de la experiencia de lo que puedan aprender tus alumnos. Tus alumnos te enseñarán sobre la vida en su localidad y sobre su país. Se una esponja, éste es el año en el que debes absorber todo lo que puedas. Realmente estás en el comienzo de tu vida y por el camino encontrarás personas que saben más que tú. Con esto no quiero desmerecerte, sino motivarte, es un momento emocionante y te quedan tantas cosas por aprender, que te recomiendo lanzarte a hacer un Gap year sin dudarlo.

Te lo cuenta...

Ben Welbourn

Ben Welbourn

Ben es el Director ejecutivo de Verto Education. Diseñó su propio programa de gap year, durante el cual recorrió el sendero de los Apalaches desde Georgia a Maine, trabajó en distintos sectores, fue profesor de inglés en zonas rurales de Perú y fue guía de programas educativos en New Hampshire y Maine. Luego, se graduó en relaciones internacionales por el College of Wooster en Ohio. Desde entonces, vive vinculado al mundo de educación experiencial.

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