A todas las personas nos preocupa, ¿qué pasa con las relaciones cuando tenemos que separarnos? Ya sea porque somos personas aventureras y pasamos una estancia en el extranjero, porque nos mudamos, nos cambiamos de instituto, hay un confinamiento o porque acaba el verano o el campamento y tenemos que esperar un año hasta juntarnos de nuevo. Cambia la forma en la que nos relacionamos y normalmente pasa a ser a través de mensajes, llamadas o videollamadas. A veces se hace difícil mantener el contacto y la sensación de cercanía. Tenemos miedo a que la relación sea de menos calidad al no poder compartir pequeñas cosas del día a día o a que cueste mantener la conversación sin que acabe reduciéndose a un “- ¿Qué tal estás?; – Bien”.
Para poder seguir creando recuerdos y sintiendo que nos acompañamos mutuamente en las cosas que nos pasan, me las he tenido que ingeniar con algunas amistades para crear nuevas formas de comunicación continuada a través de pequeños retos, juegos o planes. Te doy algunas ideas y te animo a echarle imaginación para encontrar lo que más se adapte a tus preferencias.
Como si fuera un diario de gratitud compartido, durante una semana, prueba a escribirle a la otra persona un mensaje cada noche con algo que agradezcas de tu día, y que la otra persona haga lo mismo. Así compartiréis momentos especiales y gratitud por la vida.
Si disfrutáis leyendo y tenéis gustos similares de lectura, no hay nada que os pueda unir como charlar sobre un buen libro. Es una modalidad que acepta un grupo más o menos grandes de personas perfectamente, para que las discusiones sean lo más enriquecedoras posibles. Normalmente, se lee un libro al mes y cada mes una persona puede hacer de moderador o moderadora. Y estando a distancia, las reuniones serían online a través de alguna plataforma o aplicación que permita llamadas con video.
Cuéntale a la otra persona cómo te ha ido la semana o ese examen importante que tenías con un dibujo, sin decir palabra, quizá solo un título si os apetece, y que intente echarle imaginación para adivinar qué ha pasado. Puedes mandarlo a través de una foto vía WhatsApp u otras aplicaciones de mensajería o incluso mandar el original por correo.
Podéis poner la periodicidad que decidáis. La idea es profundizar en una carta más de lo que lo haríais en mensajes instantáneos para contar lo que os pasa. Podéis escribir a mano y mandar una fotografía, escribir un correo electrónico o directamente mandarlo por correo postal a casa si lo queréis hacer más “romántico”. No es caro y puede hacer ilusión recibir algo de la otra persona que podemos tocar y oler.
Llenad vuestro chat de colores, mandad fotos de cualquier objeto, ropa, cartel, comida… de algún color o colores que haya captado vuestra atención. Un pequeño regalo para la vista. Esta idea puede funcionar bien en un grupo más grande. También podéis elegir un color en concreto y mantener el reto eternamente como una broma interna.
Cada día, mandad una canción a la otra persona que represente vuestro estado de ánimo, con la condición de que sea diferente a las enviadas anteriormente. A final del mes, podréis crear una lista que será diversa como la vida misma.
Cada día le toca a una persona hacer preguntas profundas o significativas sobre la vida, el amor, los sueños o cosas íntimas sobre las que normalmente no hablaríais que sirvan para conoceros más.
Podéis probar a escribir una historia o cuento en común, que una persona empiece con una frase o párrafo y la siguiente siga, y así hasta crear una historia que no sabías a donde iba a llegar, y posiblemente divertidísima.
Consiste en proponer cada día o cada semana un sentido (oído, gusto, olfato, tacto, vista) y concentrarse en los estímulos que hacen disfrutar a este, como sabores, música, olores de la comida o de las flores, un sabor… y compartir con la otra persona lo que estáis descubriendo.
Algunas plataformas permiten conectarse para ver contenido de películas o series simultáneamente en lugares diferentes, aunque también podéis darle al play a la de 1, 2 y 3. La idea es que al mismo tiempo hagáis videollamada y podáis veros y comentarla, además de sentir que compartís tiempo haciendo algo.
Es tan simple como mandar a la otra persona podcast o videos que sean de una temática que compartáis, como el deporte, la salud, los videojuegos, la música… Así podéis comentarlos y enriqueceros mutuamente.
Si os gusta cocinar o la repostería, podéis mandaros recetas y después compartir una foto de cómo os ha salido y poner en común qué os ha parecido el plato.
Este tipo de actividades o dinámicas pueden ayudar a que se mantenga la conexión con la otra persona cuando no hay cercanía física. Son formas de compartir vivencias, reflexionar en colectivo y crear recuerdos compartidos.
La creatividad y el juego pueden tender puentes entre las personas.
Psicóloga y acompañante de personas en situación de vulnerabilidad: experiencia con menores en riesgo de exclusión social, migraciones, diversidad funcional y colectivo LGBTIQA+. Amante de todas las formas de vida, su misión es crear espacios sostenibles. Cooperante y gestora en proyectos de agroecología y protección animal. Escritora y fotógrafa en búsqueda de aprendizajes. “Cualquier momento es bueno para la ternura”.