Solsticio: el punto donde todo cambia (una puerta hacia dentro)

Solsticio: el punto donde todo cambia (una puerta hacia dentro)
20Dic 2025

Cada año, el solsticio marca un umbral: cuando un hemisferio vive el día más largo, el otro entra en la noche más profunda. Uno celebra expansión; el otro, recogimiento.

Y aun así, ambos comparten el mismo corazón: una invitación a detenernos, mirar y preguntarnos quiénes somos en este punto del camino.

Da igual si lees esto en pleno calor o con un jersey grueso. El solsticio, ya sea de verano o de invierno, es un espejo. Nos muestra ciclos, contrastes, inicios y finales; pero, sobre todo, nos recuerda que el cambio no es un accidente: es naturaleza.

Este artículo quiere acompañarte a entrar en ese umbral con una práctica simple y poderosa: el haiku, el arte japonés de capturar la verdad del instante. Tres líneas, diecisiete sílabas.

Lectura recomendada: Si quieres profundizar en el contexto antropológico, aquí tienes otro artículo sobre el solsticio y cómo se celebra en diferentes culturas.

El solsticio como puente, no como estación

Vivimos en una cultura que nos dice que el tiempo es lineal: de enero a diciembre, de lunes a domingo, de tarea en tarea. Pero el solsticio nos recuerda algo más profundo: el tiempo es cíclico.

  • Si estás en invierno: es un tiempo de pausa, de introspección, de semilla.
  • Si estás en verano: es un tiempo de expansión, de florecimiento, de luz.
Primer plano a contraluz de las láminas de una seta, mostrando los pequeños detalles de los ciclos naturales

Pero ambos momentos son necesarios. Ambos son parte del mismo movimiento de la vida. Así que pregúntate: ¿En qué punto del ciclo estoy yo, independientemente del clima? ¿Estoy entrando en un invierno personal? ¿O viviendo un verano interior? ¿O algo entre ambos?.

Haiku: una linterna pequeña para mirar dentro

En un taller de verso y prosa en el que participé, se explicaba que el haiku es intensidad, exactitud y presencia. No busca explicar ideas grandes, busca revelar instantes pequeños.

Para escribir un haiku no hace falta saber de poesía, no hace falta ser profundo, ni siquiera hace falta buscar metáforas. Hace falta mirar.

Chantal Maillard lo resume así:

«Para componer un haiku, el yo ha de adelgazarse».

Es decir, se trata de soltar un poco la prisa, la opinión y la expectativa, y dejar que algo del mundo te toque.

Dos solsticios, dos miradas

Si estás en el invierno… El invierno te invita a la calma, al silencio, a la pregunta: ¿Qué necesita descansar? ¿Qué necesita compostarse para dejar espacio a lo nuevo?. El haiku aquí es introspectivo, suave, lento. Puede hablar de sombras, de quietud, de frío, de rendición.

Ejemplo:

Ventana helada. Todo queda en silencio.

Vuelvo a mi centro.

Si estás en el verano… El verano te invita a la expansión, la alegría, el brillo: ¿Qué está floreciendo en tu vida ahora? ¿Qué quieres agradecer? ¿Qué quieres celebrar?. El haiku aquí es luminoso, vibrante, abierto.

Ejemplo:

Tarde encendida. El sol me nombra fuerte.

Soy movimiento.

Lo hermoso es que puedes escribir ambos. Porque todos tenemos inviernos y veranos internos, no importa dónde estemos en el mapa.

3 Ejercicios de haiku para atravesar el solsticio

Aquí van tres propuestas simples, muy prácticas, perfectas para este momento del año.

Ejercicio 1: Haiku del instante presente

Mira alrededor. Mira dentro. Elige un detalle: un rayo de luz, un ruido, una sensación física, una emoción pequeñita. Escribe un haiku que capture ese micro-momento.

Calor o frío. En mi pecho, un destello.

Algo despierta.

Ejercicio 2: Haiku del ciclo personal

Piensa en ti. ¿Estás en expansión? ¿En pausa? ¿En transición?. Escríbelo sin explicarlo, solo con una imagen.

  • Invierno:Luz que titila. Cierro un capítulo suave. Nace el silencio.
  • Verano:Canto de grillos. Todo el campo respira. Yo también brillo.

Ejercicio 3: Haiku como regalo de solsticio

Un haiku puede ser un regalo precioso, íntimo y sencillo. Perfecto para Navidad, Año Nuevo o simplemente para demostrar presencia. Piensa en alguien. ¿Qué le deseas? ¿Qué instante compartido recuerdas?.

  • Invierno:Tu mano tibia. Incluso en días oscuros sigues brillando.
  • Verano:Risa en verano. Guardé tu luz conmigo. Aquí florece.

Puedes escribirlo en una tarjeta, en un mensaje o en un papel bonito. Es un regalo que dura más que un objeto.

Reflexiones finales (seas del hemisferio que seas)

Tómate un momento y responde, aunque sea mentalmente, a estas preguntas para cerrar el ciclo:

  • ¿Qué parte de mí pide más expansión?
  • ¿Qué parte de mí pide más silencio?
  • ¿Qué aprendí este año sobre mis ciclos internos?
  • ¿Qué quiero dejar atrás antes de cruzar a enero?
  • ¿Qué quiero invitar a entrar —sin presión, sin prisa— en el nuevo ciclo?
  • ¿Qué estoy listo/a por primera vez para mirar con honestidad?

El solsticio te ayuda a reconocerte en transición, no en destino.

Tú también eres un ciclo

Da igual dónde estés del planeta. Da igual si te pones protector solar o una bufanda. El solsticio te recuerda que no eres una máquina. Que tú también cambias, creces, te apagas, floreces, sueltas y vuelves.

Y que a veces un simple haiku —tres líneas, diecisiete sílabas, una imagen honesta— puede mostrarte lo que tu mente no se atrevía a decir.

Este 21 de diciembre: Mírate con cariño, escucha lo que despierta y lo que descansa. Escribe un haiku, aunque sea torpe. Regálalo, si quieres. O guárdalo como semilla.

Porque en el fondo, lo único que pide el solsticio es esto: presencia.

Te lo cuenta...

Iván Ballesteros

Iván Ballesteros

Se presenta como nómada, con diez años de experiencia explorando comunidades donde el desarrollo personal, comunitario, ecológico y artístico son los ejes principales. Ha trabajado en países como España, Rumania, Italia y Alemania y actualmente vive y viaja en su furgoneta “Samsara” co-diseñando proyectos regenerativos y residencias artísticas para zonas rurales, organizaciones y ecoaldeas. Todo lo que hace está ligado a su propósito: “conectar a la gente consigo misma, con las demás y con la naturaleza a través de la experiencia de comunidad”.

Más sobre mí:

Deja un comentario

Dinos cómo podemos ayudarte. Te llamamos.

He leído y acepto el Aviso Legal y la Política de Privacidad