¿Es el futuro incierto?

Nos ha tocado vivir en una época en la que la tecnología avanza más rápido que nunca, el mundo está cada vez más globalizado e interconectado y todos estos cambios hacen que los modelos sociales que siempre han funcionado se pongan en duda. 

Estamos, sin lugar a dudas, en el momento más cambiante y -de alguna forma- más incierto que se recuerda. Las cosas tal como son ahora serán probablemente muy diferentes de aquí a unos 10-15 años. De hecho, ¡se dice que el 70% de los trabajos más demandados para 2035 aún no existen! Qué loco, ¿verdad?

Sin embargo, lo que vemos y aprendemos en el colegio y en el instituto no avanza tan rápido. No es fácil adaptarse a la velocidad que lleva el mundo y, por eso, muchas veces los jóvenes tenemos crisis existenciales. Nos preguntamos quiénes queremos ser en este mundo, a qué nos queremos dedicar y cómo queremos aportar. Las respuestas que encontramos de las generaciones anteriores son, o demasiado clásicas, o, por lo menos, no están adaptadas a las necesidades que tenemos, ni a la vida tal y como es ahora. 

Pero, no te preocupes. No eres el único incomprendido. Es muy normal tener dudas sobre cómo será el futuro. Por eso, utilizaremos este artículo y algunos otros para contarte las cosas que no te cuentan en el colegio sobre posibilidades del futuro y para que pueda servirte de inspiración. ¿Te quedas leyendo un poco más?

Lo que estudies en la universidad no tiene por qué marcar tu futuro

¡En absoluto! Conozco a muchísimas personas que se dedican a cosas completamente diferentes a lo que estudiaron (o no directamente relacionadas). Y no hay problema. De hecho, incluso aunque no sea la carrera exactamente que necesitas, puedes verlo de la siguiente forma:

• La carrera sin duda te dará una base de conocimiento, aprenderás a aprender, a sufrir en época de exámenes, conocerás mucha gente interesante y tendrás la oportunidad de exponerte al mundo.
• En cuanto termines y tengas un título, esto ya te abre las puertas a trabajar, a encontrar un máster que te guste o simplemente a salir al mercado laboral e ir probando. Hasta que no empieces a hacer cosas, no te darás cuenta realmente de lo que te gusta. 
• Además, siempre hay tiempo para cambiar, para descubrir que no es lo que quieres y empezar algo diferente, incluso cuando hayas terminado. Un gran amigo mío -ingeniero- se dio cuenta de lo que quería cuando ya había acabado la carrera de medicina. Y ahora tiene un trabajo de ingeniero que le encanta. 

Si no tienes claro que sea universidad, existen muchas otras posibilidades

Existen formaciones profesionales, que son formaciones regladas muy diversas con títulos, de duración más corta que la universidad y superenfocadas a trabajar directamente. Normalmente se han asociado a “oficios” como electricista o mecánico, pero en los tiempos que corren, la calidad de la educación que tenemos y la evolución de la tecnología y la demanda de mercado laboral, existen formaciones profesionales superinteresantes y muy demandadas por empresas. Encontrarás trabajo nada más salir, ¡habiendo estudiado un par de años nada más! 

Otra opción, que la puedes hacer antes o al acabar de estudiar, es irte al extranjero. Este blog tiene muchos artículos que hablan sobre posibilidades para irte a estudiar al extranjero, además de asesores que te pueden guiar con un montón de opciones:

• Irte a estudiar a otro país con becas de estudio
• Irte a trabajar al extranjero: existen muchas plataformas que te buscan trabajos fáciles en otros países donde puedes vivir experiencias increíbles
• O puedes coger la mochila y darte unos meses de viaje: hay muchas plataformas de viaje con propósito, de proyectos de voluntariado o incluso para ser voluntario en hostales de viajeros (yo lo hice en Perú y fue una experiencia increíble). Te dan de comer y una habitación para quedarte y solo tienes que echar unas horas de trabajo (conociendo gente increíble de todas partes del mundo, buscadores de rumbo como tú. Además, podrás viajar un poquito por la zona). 

Mi ejemplo

Yo terminé la carrera de ingeniera aeronáutica y empecé a trabajar en un centro de investigación en Bruselas. Cuando ya había conseguido lo que parecía que iba a ser mi futuro, me di cuenta de que no era lo que quería y no me sentía realizado. Esa crisis fue dura; me tocó con 24 años. Fue entonces cuando decidí empezar a viajar, conseguí trabajo en Costa Rica, estuve de mochilero por Latinoamérica, conseguí una beca de la universidad para trabajar de cooperante en Senegal, volví a trabajar a República Dominicana, seguí viajando… y empecé un máster de cooperación al desarrollo. Ahora trabajo como coordinador de proyectos de educación en África, viajando sin parar por todo el continente y trabajando directamente con personas, dando formaciones y dirigiendo proyectos con impacto. Se me han olvidado casi todas las ecuaciones que aprendí hace unos años. 

Pero ¿sabes qué? Han sido todas las decisiones que tomé las que me han hecho llegar hasta aquí, encontrar el trabajo de mis sueños y llegar a sentir que estoy donde tengo que estar. Cada una de mis experiencias y formaciones me han hecho ser quien soy, tener las herramientas que tengo y valer para el trabajo que hago. 

Por lo tanto, no tengas miedo a no saber qué quieres hacer, es normal. Las dudas puede que las tengas siempre. Pero te animo a que mires más allá, a ser consciente de que existen miles de oportunidades que aún no conoces. Son las propias experiencias durante -sobre todo- tus primeros años, las que te irán moldeando y enseñando el camino, solo tienes que ser valiente y no tener miedo a lo desconocido. 

Gracias por leer hasta aquí. Ánimo y fuerza para lo que te viene. Yo solo te digo que te compartiré por aquí algún otro artículo de formas alternativas y trabajos curiosos, que seguro que te gustan. Hasta pronto.