El gran desafío: comunicarnos a distancia

El gran desafío: comunicarnos a distancia
24Feb 2024

En un artículo anterior hablábamos del síndrome del nido vacío. En esta línea quiero aprovechar para dar algunos consejos a las madres, padres u otros familiares cercanos que ahora mismo tienen a sus hijos, hijas o seres queridos estudiando en el extranjero.

Aunque en este caso, el nido no se vaya a quedar vacío por mucho tiempo, entiendo que la distancia y el nuevo contexto conlleva tener que gestionar diferentes emociones, sensaciones y situaciones. En este artículo vamos a centrarnos en la comunicación desde la distancia con los y las jóvenes que han volado al extranjero.

La distancia física no tiene por qué derivar en una desconexión emocional, al contrario, puede ser una oportunidad para fortalecer los lazos. Cuando personas tan importantes y presentes en nuestra vida se van fuera de casa, la separación puede ser un desafío para nuestro día a día. Por otro lado, es una oportunidad de acompañarles desde la distancia, apoyarles en el inicio de un nuevo y emocionante periodo en sus vidas, además de cultivar nuevas formas de comunicación, entendimiento y cariño. 

La aventura de estudiar lejos del hogar nos hace encontrarnos frente a una dualidad de sentimientos: por un lado, el orgullo por sus logros, y por otro, la inevitable preocupación por su bienestar. En este contexto, la comunicación juega un papel fundamental, ya que es el puente que une dos mundos aparentemente separados, permitiéndonos compartir alegrías, superar desafíos y mantenernos conectados emocionalmente.

Los siguientes consejos pueden ser útiles para mantener viva la conexión y la comunicación desde casa hasta el extranjero, ¡vamos a ello!

1. Establecer rutinas de comunicación

Crear rutinas de comunicación sólida es clave para proporcionar ese anclaje emocional entre seres queridos. Podéis establecer horarios regulares para llamadas telefónicas o videollamadas y proporcionar así una estructura que todos y todas pueden esperar y prever. Aseguraos de respetar y seguir estos horarios tanto como sea posible para mantener una conexión constante. Por otro lado, también es importante ser flexible y comprender la realidad de las diferencias horarias y las demandas académicas y/o laborales. La adaptación demostrará apoyo y asegurará que la comunicación se mantenga a lo largo del tiempo.

2. Utiliza la tecnología a tu favor

Aprovecha que nos encontramos en un momento vital en el que la tecnología nos ofrece una infinidad de herramientas para poder mantener la comunicación en tiempo real. Plataformas de videollamadas como Skype, FaceTime o las videollamadas de WhatsApp pueden hacer que la distancia se sienta menos significativa. También podéis compartir fotos y videos de vuestro día a día (como una manera más de crear rutinas de comunicación). Son muchas las maneras de estar en contacto, se trata de elegir conjuntamente las que mejor se os ajusten. 

3. Empatía y comprensión

La vida estudiantil puede ser intensa, y los y las jóvenes pueden enfrentar desafíos académicos y emocionales durante su estancia fuera de casa, por ello es importante escuchar con empatía, brindar apoyo y mostrar comprensión. A veces, simplemente necesitamos sentir que nos escuchan. Demos ese espacio libre de juicios y opiniones al resto.

Asimismo, comparte tus propias experiencias y sentimientos, ya que la apertura y la vulnerabilidad en la comunicación acercan y crean el espacio para facilitar la apertura de la otra persona y la comprensión mutua.

4. Planificar una visita

Si es posible, puedes planificar una visita, o incluso hacer visitas regulares para pasar tiempo de calidad en persona. Estas visitas proporcionan momentos valiosos para conectar, compartir experiencias y hacer que la distancia física sea más manejable. Además de generar en los y las jóvenes esa ilusión previa a que vayáis a verles, enseñaros un nuevo lugar, compartir su nueva vida… A la hora de planificar las visitas, es importante que te asegures de coordinarte para considerar sus responsabilidades académicas y sociales.

5. Practica la asertividad

Fomenta una comunicación abierta y honesta, anima a tus hijos o hijas a expresar sus pensamientos y sentimientos de manera clara y respetuosa. Crea un espacio seguro para ello comunicando tus propias necesidades y expectativas teniendo en cuenta a la otra persona.

La asertividad fortalece la conexión al establecer un ambiente donde todas las personas nos sintamos escuchadas y valoradas. Expresar nuestras propias necesidades y sentires fortalece la conexión con nuestros seres queridos, que en este caso se encuentran lejos de casa. Por ejemplo, “me gustaría que hablásemos un rato todas las noches, sea por llamada o por WhatsApp”, “cuando no hablamos, siento preocupación o distancia, me gustaría que me escribas un mensaje al menos una vez al día para estar más tranquilo, o que me avises si un día no puedes hablar”.

Dejo aquí este artículo sobre cómo construimos relaciones y sobre la asertividad por si os sirve como apoyo.

6. Establece límites saludables

A pesar de la distancia, es esencial establecer límites claros. Hilándolo con el punto anterior, es importante expresar a la otra parte nuestras expectativas en cuanto a la frecuencia y la naturaleza de la comunicación para evitar malentendidos, por ejemplo, “me gustaría que no me llamaras por teléfono cuando tardo en contestar al WhatsApp porque quizá estoy en clase o haciendo otras cosas y que confíes en que te responderé a lo largo del día”. 

Aseguraos de respetar los límites que habéis comunicado y tener disposición a ajustarlos según las necesidades cambiantes. Así, ambas partes se sentirán respetadas y comprendidas. En este artículo https://www.thelemontreeeducation.com/hasta-aqui-limites-en-las-relaciones/ se trata en profundidad la temática de los límites.

7. Mensajes Yo

Cuando expreses tus preocupaciones o sentimientos, intenta utilizar mensajes «yo». Por ejemplo, en lugar de decir «siempre haces esto», decir «me siento preocupado cuando sucede esto». Los mensajes Yo evitan que la otras persona se sienta atacada, facilitando una conversación más constructiva, donde todas las partes se sientan escuchadas y valoradas.

¿Con qué nos quedamos de todo esto? Enfrentar la situación de tener a un ser querido estudiando lejos del hogar puede ser desafiante, pero también puede ser una oportunidad para desarrollarnos y aprender sobre nuestras emociones y la manera en la que nos comunicamos.

Cuando establecemos una comunicación adecuada, la distancia física no tiene por qué suponer un problema. Recuerda que cada familia es única, y estos consejos pueden servir de inspiración para ajustarlos a vuestras propias necesidades. Aprovecha la tecnología, cultiva la empatía y celebra cada oportunidad de compartir, porque, a pesar de la distancia, ¡las conexiones siguen estando ahí!

¡Sigamos conectando!

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Patricia Rivero

Patricia Rivero

Psicóloga, neurocientífica, diseñadora de programas socioeducativos y acompañante de menores en situación de vulnerabilidad. Amante de todas las formas de vida, mi misión es crear espacios sostenibles. Cooperante y gestora en proyectos de agroecología y protección animal. Escritora y fotógrafa en búsqueda de aprendizajes.

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