Puede ser que algunas y algunos de vosotros os encontréis viviendo y estudiando en el extranjero en este momento y que pronto regreséis a casa. Después de meses llenos de nuevas experiencias y estímulos constantes ha llegado el momento de volver, ¿cómo manejar este cambio y adaptarse a la vida en casa después de vivir fuera? ¡Acompáñame si quieres algunos consejos para hacer esta experiencia más amena!
El regreso a casa puede ser un torbellino de emociones, desde la alegría de reunirse con seres queridos hasta la tristeza de dejar atrás una vida que se volvió tan familiar.
Hacia dentro: permítete sentir estas emociones y cultiva la paciencia contigo misma o mismo mientras te adaptas, háblate con amor y cariño (sobre la importancia de cómo nos hablamos).
Hacia fuera: sé consciente de que tus amistades y familiares no han experimentado tu viaje de la misma manera, así que no dejes de lado la empatía al compartir tus experiencias. La comunicación abierta y asertiva puede ayudar a construir puentes entre dos mundos diferentes (si quieres conocer más sobre asertividad).
Te proponemos diferentes formas de abordar la comunicación, puedes utilizar estos ejemplos de frases:
«Estoy emocionado/a de estar de vuelta en casa y reunirme con toda la familia. Al mismo tiempo, siento una especie de melancolía por dejar atrás la vida tan enriquecedora que viví en el extranjero».
«Sé que mi regreso a casa puede ser un reto tanto para mí como para vosotros/as. Os pido paciencia mientras encuentro mi camino y mi rutina de nuevo aquí en casa».
«Estoy aquí para contaros sobre mi viaje, pero también quiero escuchar vuestras historias. ¿Cómo han ido estos meses?»
«Siento que he cambiado y crecido durante mi estancia fuera, pero al mismo tiempo valoro la vida que tengo aquí. Quiero encontrar un equilibrio entre estas dos experiencias».
«Gracias por la paciencia y el apoyo constante. Estoy emocionado/a por las nuevas aventuras que compartiremos».
Es probable que notes diferencias en tu entorno y en las personas que conoces, al igual que tú has podido experimentar ciertos cambios, el resto de personas también. En lugar de ver estos cambios como desafiantes, mantén una mentalidad abierta, las personas somos fuente de aprendizaje unas de otras.
Busca maneras de integrar las lecciones aprendidas en tu vida cotidiana. Esto podría implicar probar nuevas actividades, explorar tu ciudad natal como si fuera un destino turístico o simplemente apreciar las pequeñas cosas que antes dabas por sentado. Puedes descubrir una nueva versión de tu hogar, para ello te proponemos algunas ideas:
Quizás viviendo fuera te has dado cuenta de que te encanta la pintura y ahora quieras ir a clases, o simplemente tu regreso a casa te invita a probar algún deporte nuevo.
Proponles a tus amigas y amigos un plan diferente, explorar vuestra ciudad/pueblo como si fuerais turistas y descubrid joyas ocultas.
Igual antes dabas muchas cosas por sentado que al vivir lejos has empezado a valorar, ahora que estás de vuelta es momento de disfrutarlas y apreciarlas, ¿a qué esperas?
Puedes incorporar en tu día a día algunas tradiciones y costumbres aprendidas en el extranjero, y puedes proponerle a tu familia y seres queridos descubrirlas también.
Volver a casa es más que hacerlo físicamente; es volver a ser parte activa de tu comunidad. Participa en eventos, reúnete con amigas y amigos y conecta con quienes compartieron contigo antes de irte. Compartir tus experiencias puede inspirar a otras personas y establecer vínculos más fuertes. Escuchar sus historias también puede proporcionarte una nueva perspectiva sobre la vida en casa. Algunas ideas para reconectar con tu comunidad podrían ser:
Puedes apuntarte a actividades culturales como fotografía, teatro, danza, o participar en grupos deportivos…
Encuentra maneras de compartir tus experiencias de manera entretenida. Puedes organizar presentaciones informales, mostrar fotos o incluso crear un blog para que puedan seguir tus aventuras. ¿Te gusta la idea?
Organiza reuniones para compartir experiencias si es que sois varias personas las que habéis vuelto a casa después de haber estudiado en el extranjero, para así crear una red de apoyo y ayudaros mutuamente a adaptaros a la vida en casa.
Únete a clubes, equipos deportivos o grupos de interés en tu escuela.
No tengas miedo de expresar cómo te sientes. La comunicación abierta, de la que hemos hablado antes, puede ayudarte a que te entiendan mejor.
La adaptación puede ser desafiante, así que asegúrate de mantener un equilibrio saludable entre la escuela, las actividades sociales y el tiempo para ti. Esto te ayudará a manejar el estrés y a disfrutar.
No tengas miedo de explorar nuevas amistades, acabas de regresar de una experiencia en el que te has expuesto a eso, puedes volver a hacerlo.
Ordena tus recuerdos, organiza tus fotos y revive esos momentos especiales que te hicieron sonreír. Reflexiona sobre las lecciones que aprendiste durante tu tiempo en el extranjero y cómo han influido en tu crecimiento personal.
Al compartir estas experiencias con amistades y familiares, no sólo estás contando historias, sino también transmitiendo la riqueza de lo que has vivido. Deja volar tu creatividad y explora cómo quieres plasmar todos tus recuerdos vividos. Algunas ideas:
Revivir tus experiencias de manera positiva no solo es terapéutico para ti, sino que también permite que otros se sumerjan en tu viaje y te comprendan mejor. ¡Diviértete compartiendo tus historias!
La transición a la vida en casa puede ser agotadora. Asegúrate de cuidar de ti tanto física como emocionalmente. Dale tiempo a tu cuerpo y mente para ajustarse. Mantén hábitos saludables y busca apoyo si sientes que lo necesitas. La atención a tu bienestar es esencial para una buena transición. Algunas sugerencias podrían ser: tiempo para actividades relajantes, establece límites con las redes sociales, practicar la gratitud, encontrar maneras creativas de expresar, mantén una rutina de sueño regular, haz ejercicio, comunica tus sentimientos, come de manera equilibrada, mantente presente (te lo cuento en este artículo)…
Recuerda, cuidar de ti es un acto de amor propio. No dudes en ajustar estas recomendaciones según tus preferencias y necesidades personales. ¡Tu bienestar es la prioridad!
Volver a casa después de estudiar en el extranjero es un viaje emocional y personal. Aprovecha esta oportunidad para crecer, aprender y apreciar las diversas facetas de tu vida. Con paciencia, empatía y una mentalidad abierta, podrás fusionar las lecciones del extranjero con tu vida cotidiana, construyendo así un futuro lleno de posibilidades emocionantes.
¡Bienvenida/o a casa!
Psicóloga, neurocientífica, diseñadora de programas socioeducativos y acompañante de menores en situación de vulnerabilidad. Amante de todas las formas de vida, mi misión es crear espacios sostenibles. Cooperante y gestora en proyectos de agroecología y protección animal. Escritora y fotógrafa en búsqueda de aprendizajes.
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